Es una herramienta utilizada para conocer y clasificar las características conductuales. Está siempre dirigida en dos direcciones: al ámbito personal (Natural) y al entorno de trabajo (Adaptado).
El método ADEP representa cuatro estilos de conducta:
Autoritario: Conducta orientada a la acción, a la rápida solución de problemas, a la toma de decisiones y a la asunción de riesgos.
Al dominante le gusta tomar decisiones por sí mismo y para otros.
Detallista: Conducta orientada a las personas, a la interacción, a las relaciones interpersonales, y a las tácticas persuasivas.
Al influyente le gusta socializar y llevar a otros a través, de la persuasión.
Estable: Conducta orientada a los métodos, a mantener el equilibrio, la armonía. El estable disfruta trabajar con otras personas como parte del equipo.
Persuasivo: Conducta orientada a la explicación, a la investigación de datos e información. Al cauteloso le llaman mucho la atención los detalles y le gusta llevar un plan hasta el final.